Los pioneros en el continente europeo fueron el Maestro Tani y su hermano, quienes se estabilizaron en Londres en 1899, posteriormente llegaron los maestros Uyenichi, Miyake, Ohdo, Aidea y para 1906 el Maestro Koizumi. A Kilómetros de distancia, en París (Francia) llegó algunos años después el Maestro Kawashi (reconocido por sus contribuciones en la creación de los cinturones de color).

El judo en España inicia un poco antes de la década de los 50 como una alternativa válida para ser empleada en defensa personal sin dejar a un lado el fortalecimiento a nivel espiritual y mental, aspectos que no deben ir desligados.

En 1950, casi en simultáneo, empieza el funcionamiento de la Asociación Española de Judo y Jiu-jitsu y la Academina de Judo y Jiu-jitsu en Barcelona.

Es importante resaltar que durante dos décadas el Judo en España era observado más como un deporte que como un arte marcial. Sin embargo, siempre se ha insistido en su objetivo inicial: la defensa personal. A pesar de esto, se ha hecho común el Judo como deporte de exhibición, en especial por parte de los judokas españoles.

Posteriormente, varios maestros de Judo se dieron la tarea de reivindicar los combates de defensa personal, afianzados en principios éticos y de disciplina, cuyos fundamentes provienen, como ya muchos saben, del Maestro Jigoro Kano.